martes, 3 de noviembre de 2015

Protección de Dios

Jehová es nuestro escudo, y nuestro rey es el Santo de Israel. 
Salmo 89:18

Estábamos agotados después de una larga caminata. Nos quedamos dormidos sobre el piso de una escuela rural, cerca de Quillabamba, Cuzco, Perú. Entre sueños, escuché pasos de gente que caminaba alrededor del aula. De repente, golpearon la puerta vociferando palabras soeces y nos alumbraron con linternas. Me puse de pie como impulsada por un resorte.
-¡Están rodeados! -gritaron- ¡No se atrevan a hacer nada!
En pocos segundos lograron romper la puerta. Frente a cada persona se detuvo un policía, apuntándonos con su rifle. Más de uno de los muchachos había dormido con la cara cubierta por un pasamontañas para evitar la picadura de insectos, y con la punta del rifle se las quitaron.
Era un comando de la policía antiterrorista. Unos vigilaban y otros hurgaban en las mochilas. Buscaban panfletos de lucha armada, pero encontraron revistas Vida feliz, Biblias, himnarios y El camino a Cristo.
-¿Quiénes son ustedes? -preguntó el jefe.
-Somos jóvenes adventistas -respondimos-. Estamos haciendo una expedición de supervivencia en cumplimiento de uno de los requisitos para la clase de Guías Mayores de nuestra iglesia.
Pidieron nuestros documentos de identidad. Les dimos las cartas de autorización de salida de la iglesia y de la Policía Nacional, y constancias de las comisarías por donde habíamos pasado. En ese tiempo, el Perú enfrentaba a dos movimientos terroristas, Sendero Luminoso y Túpac Amaru. Dijeron que les habían informado de que un grupo terrorista estaba en la zona. Frente a cualquier alerta, la policía combatía, y después averiguaba. Los diecisiete jóvenes agradecimos a Dios porque no fuimos atacados; nunca “decayeron sus misericordias, nuevas son cada mañana” (Lam 3:22, 23).
El comando se disculpó y nos ofreció ayuda en nuestra misión. Al llegar a la meta, nos alojamos en la comisaría y designaron un policía para resguardarnos durante la caminata nocturna en la selva. Experimentamos la protección divina que confirmó que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Sal. 46:1).

— Esther López.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA


sábado, 22 de agosto de 2015

Nacer de Nuevo

Algunas características de una persona que ha nacido de nuevo son:

- Vive con el objetivo en su mente y su corazón de agradar a Dios en todo lo que hace.
- Cuando falla o peca siente un dolor muy profundo en su corazón por haberle fallado al Señor y como consecuencia busca rápidamente la restauración en su presencia.
- No se conforma a saber que Cristo lo salvo, sino que también busca que otros sean salvos por medio de Cristo Jesús.
- Le causa dolor cuando el nombre de Cristo es vituperado.
- Tiene una comunión diaria con Dios, ora, lee la Biblia, reflexiona en la Palabra del Señor y busca siempre alimentar su espíritu.
- Ayuda al necesitado, pues su corazón tiene compasión por los desfavorecidos en este mundo.
- Su forma de hablar es diferente, pues siempre incluye a Dios en sus charlas sin ser cansino ni religioso extremista.
- Comprende a los demás y los ve como una alma necesita del Señor, no critica, sino ayuda, no derriba, sino levanta, no pisotea, sino restaura.
- Usa la Biblia como su manual diario de vida, es decir trata de obedecer a su palabra negándose así mismo y siguiendo el camino de Cristo.
- Vela constantemente por su vida espiritual, ya que reconoce que se encuentra en una lucha espiritual diaria.
- No se rinde en su camino hacia la eternidad, ya que reconoce que a pesar de las dificultades de la vida, Dios ha prometido estar con el.

Estas y muchas otras descripciones caracterizan a una persona nacida de nuevo, la pregunta es: ¿Estamos dando frutos que hablen de nosotros como unos hijos de Dios nacidos de nuevo?

Nosotros somos valiosos para Dios, por lo tanto deberíamos vivir cada día agradecidos porque Él nos hizo nacer de nuevo, como dice su Palabra: “Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.” Santiago 1:18 (Nueva Traducción Viviente).



martes, 4 de agosto de 2015

AMISTADES PELIGROSAS

No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. 
Sal. 26:4.
Todavía me acuerdo de aquel joven alegre y lleno de vida sentado a la mesa, a la hora del almuerzo. Dieciséis años. Ojos azules y muchas ganas de vivir. Hijo único y orgullo de sus padres. El hombre de cabellos color de plata, miraba al hijo y decía: "Va a ser médico y cuando se gradúe, voy a vender la mitad de la hacienda para que tenga su propio hospital". Planes, sueños, proyectos que todo padre hace en torno del hijo amado.
Tres años después volví a aquella ciudad y el padre desesperado me buscó. Su hijo estaba completamente destruido. Parecía una fiera enjaulada, amarillo, lleno de tics nerviosos, no tenía ni siquiera el coraje de levantar la cara y mirarme.
-¿Que hicieron con su hijo? -le pregunté.
-Fueron los falsos amigos los que lo llevaron a las drogas. Ahora, eso es lo que queda de aquel joven bonito que usted conoció un día -fue la respuesta de aquel padre, que lloraba desesperadamente.
¡Hombres "que andan simuladamente"! Esos hombres no aparecieron en el siglo XXI, ya existían en los días de David. Llegan hasta ti como que no quieren nada o tal vez diciendo que quieren tu bienestar. Conquistan tu confianza, ganan tu admiración, y cuando tú menos lo esperas, te muerden como una cobra venenosa.
Y eso no sucede solo con jóvenes inexpertos. Los falsos simuladores están todos los días, en todos los lugares. En el trabajo, en la calle donde tú vives, en el colegio.
David decía con convicción: "No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente". ¿Y qué en cuanto a ti? Pídele a Dios que abra tus ojos para descubrir quién es falso y simulador. Pídele a Dios que ponga colirio en tus ojos para ver la diferencia entre la paja y el trigo.
No te ausentes de la vida. Participa en tu comunidad. Sé amigo de todos, extiende la mano a todos. Tan solo haz como David. No te sientes con ellos, no participes en sus planes ni en sus ardides, porque ese camino, tarde o temprano, te destruirá.
Hoy es un nuevo día para repensar tus valores y tus amistades. Un día para volver atrás y corregir los errores. Esa es la maravilla de todo nuevo día.
Antes de iniciar tus actividades hoy, di como el salmista: "No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente".
Alejandro Bullón

Cristo, nuestro auxiliador y redentor

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos. Romanos 5:19

Adán y Eva fueron colocados en el Edén en circunstancias extremadamente favorables… Estaban sin la condenación del pecado. La luz de Dios y de los ángeles estaba con ellos y los rodeaba. El Autor de su existencia era su maestro. Pero cayeron bajo el poder y las tentaciones del artero enemigo. Durante cuatro mil años Satanás estuvo obrando contra el gobierno de Dios y obtuvo fortaleza y experiencia gracias a su constante actividad en este sentido. Los hombres caídos no tenían las ventajas de Adán en el Edén. Habían estado separados de Dios durante cuatro mil años. La sabiduría para comprender y el poder para resistir las tentaciones de Satanás habían disminuido más y más, al punto que éste parecía reinar triunfante sobre la tierra. El apetito y la pasión, el amor del mundo y pecados temerarios eran las grandes ramas del mal, de las cuales crecían toda suerte de crímenes, violencias y corrupción.5Mensajes Selectos 1:328, 329.

Puesto que el hombre caído no podía vencer a Satanás con su fortaleza humana, vino Cristo de las reales cortes del cielo para ayudarlo con su fortaleza humana y divina combinadas. Cristo sabía que Adán en el Edén, con sus excelentes ventajas, podía haber resistido la tentación de Satanás y podía haber vencido. Sabía también que no era posible que el hombre, fuera del Edén, separado de la luz y del amor de Dios, desde la caída, resistiera con su propia fuerza las tentaciones de Satanás. A fin de proporcionar esperanza al hombre y salvarlo de su completa ruina, se humilló a sí mismo al tomar la naturaleza humana, para que, con su poder divino combinado con el humano, pudiera alcanzar al hombre donde éste está. Obtuvo para los caídos hijos e hijas de Adán aquella fortaleza que es imposible que logren por sí mismos, para que en el nombre de Cristo puedan vencer las tentaciones de Satanás.6Mensajes Selectos 1:327.

Nuestra vida puede parecer enredada, pero al confiarnos al… Maestro, él desentrañará el modelo de vida y carácter que sea para su propia gloria. Y ese carácter que expresa la gloria—o carácter—de Cristo, será recibido en el Paraíso de Dios.7El Deseado de Todas las Gentes, 298, 299.

Todo el que cumpla por fe los mandamientos de Dios, alcanzará el estado de impecabilidad en que vivía Adán antes de la caída.8The Signs of the Times, 21-7-1902.

Tomado de: Devocional Vespertino
“Maranata”



domingo, 19 de julio de 2015

Todo lo que respira alabe a Jehova

Éxodo 15:11 dice: "¿Quién como Tu, Oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como Tú - magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?" Nadie puede hacer lo que Dios hace. Él está más allá de nuestra comprensión.









¡La Primera Cosa!

¿Sabe usted que alabar a Dios es lo mejor que puede hacer antes que ninguna otra cosa? ¿Alguna vez ha estado en una situación donde se ha sentido completamente solo? ¿O ha encontrado una situación difícil en su vida y no sabe qué hacer, como la pérdida de un trabajo, o la pérdida de un ser querido? Considere los buenos tiempos, como cuando usted recibe un aumento de su jefe u obtiene altas calificaciones en el colegio. ¿Qué hace usualmente durante esos momentos? Alabar a Dios hace que cada circunstancia de nuestras vidas sea completa, esencial, y eminentemente valiosa.

¿Por qué es tan importante alabar a Dios? Las razones son incontables: Dios merece ser alabado y es digno de nuestras alabanzas:

"Porque grande es Jehová y digno de suprema alabanza; Temible sobre todos los dioses" (Salmo 96:4).

"Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable" (Salmo 145:3).

"Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos" (2da de Samuel 22:4).

"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas" (Apocalipsis 4:11).



jueves, 2 de julio de 2015

Consejos para combatir la depresion


¿Cómo sé si sufro de depresión? 

Hágase las siguientes preguntas:

1. Sufre de fatiga o baja energía?
2. Se siente desesperanzado, pesimista o negativo?
3. Usualmente está triste, ansioso o con el ánimo “desinflado”? 
4. Tiene dificultad en concentrarse, recordar o tomar decisiones?,
5. Padece de sentimientos recurrentes de culpa, inutilidad, o vulnerabilidad? 
6. Ha perdido el interés en hobbies y actividades que antes disfrutaba? 
7. Sufre insomnio o hipersomnia (dormir más ...)?
8. Ha tenido una variación importante de peso sin hacer dieta (aumento o descenso)?
9. Tiene pensamientos de hacerse daño a sí mismo?

(Si tiene pensamientos de dañarse a sí mismo debe solicitar ayuda a un especialista o médico inmediatamente)

Generalmente los médicos sugieren antidepresivos y terapia. En este plan de 8 pasos, le mostraré que también hay medios naturales, aparte de las pastillas para salir de una depresión leve:

1-Nutrición:
Tome productos multivitamínicos o incorpore estos nutrientes a su dieta diaria: 

Vitamina C, D y Zinc: La vitamina C ayuda a combatir el estrés. La vitamina D es clave para mantener el bienestar, mientras que el zinc combate la melancolía o tristeza.
Ácido fólico: es un tipo de vitamina B. Mucha gente con depresión carece de ácido fólico en su dieta.
Hierro: la falta de hierro puede causar anemia, y por tanto bajar el ánimo.
Selenio: Una investigación publicada en Biological Psychiatry (1991) por Benton y Cook sugiere que niveles bajos de selenio en la dieta se correlacionan con ansiedad, depresión y cansancio. Algunas fuentes naturales de alimentos con selenio son: pescado, castañas, carne, el ajo y granos enteros.
Omega-3: Está comprobado que el Omega 3 levanta el ánimo, mejora los sentimientos de bienestar.

2-Haga ejercicio:
Estudios demostraron que el ejercicio es tan eficaz como la medicación para tratar la depresión. El ejercicio eleva los niveles de serotonina y dopamina (el químico cerebral que nos hace sentir bien). Así ayudará a elevar su ánimo.

3-Remedio 100% natural y eficaz.

4-Mantengase conectado
Sea sincero, reconozca el problema ante los demás y ante usted mismo. Lo mejor que puede hacer es seguir conectado con los demás. Muchas veces sentirá el deseo de aislarse o estar solo. Pero continúe haciendo planes y manteniendo el contacto con los que lo rodean aunque no sienta interés.

5-Duerma bien
Duerma el tiempo que su cuerpo necesita para recuperarse. Esto significa 8 o más horas según su biorritmo .

6- Luz solar
En casos de la "depresión de invierno" (trastorno afectivo estacional), la luz solar de buenos resultados.
Para todo tipo de depresión, una dosis extra de luz solar también puede ayudar. Por eso, asegúrese de exponerse unos minutos cuando el sol brille.

7-Reduzca el estrés
Está comprobado que el estrés reduce la producción de serotonina y por tanto disminuye la sensación de bienestar. Trate de relajarse, ya sea meditando, haciendo ejercicio, pasando tiempo con personas que lo quieren.

8-Masajes
Se han realizado estudios sobre el efecto del masaje en personas depresivas y se encontró que reduce la ansiedad y los sentimientos de depresión, actúa sobre los niveles de cortizol, las hormonas del estrés, y el ritmo cardíaco. Además aumenta la producción de endorfinas y serotonina.
Para obtener resultados se establecieron 2 sesiones por semana durante 5 semanas.


Nota: Recuerda refugiarte en las manos de Dios, él te ayudará a vivir de una manera distinta.


Confía en Dios ♥

En Dios no hay causas Perdidas;
Hay oportunidades para que su Gloria
se manifieste en Ti...



No nos metas en tentación


«No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla». (1 Corintios 10: 13)

Antes de saber exactamente qué es lo que Cristo quiere decir en esta petición del Padrenuestro, debemos aclarar el significado de dos términos: el verbo eisenegkes, traducido generalmente por ‘meter’, ‘inducir’, puede también significar ‘dejar caer'; y el sustantivo peirasmón, traducido por ‘tentación’, significa originalmente ‘prueba’. Así pues, una correcta traducción de la frase sería: «No nos dejes caer en la prueba». Esta traducción es acorde con Santiago 1: 13: «Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie». Pero si bien es cierto que Dios no es el agente de nuestras pruebas, nada escapa al control de la voluntad divina. «No nos dejes caer en la prueba» significa, por consiguiente, que reconocemos la dirección de Dios en nuestras vidas. Elena White dice: «Aunque la prueba no debe desalentarnos por amarga que sea, hemos de orar que Dios no permita que seamos puestos en situación de ser seducidos por los deseos de nuestros propios corazones malos. Al elevar la oración que nos enseñó Cristo, nos entregamos a la dirección de Dios y le pedimos que nos guíe por sendas seguras» (El discurso maestro de Jesucristo, pág. 100).

Hasta que llegue el reino de Dios, seguimos viviendo en un mundo de tentación y de prueba. En esta petición Dios quiere que no olvidemos la realidad del planeta. Somos tentados por todo lo que ocurre contrario a la voluntad de Dios: por el poder de las tinieblas, de la mentira y de la violencia; por el poder del odio, de la enfermedad y del sufrimiento; somos tentados por el poder de la iniquidad. Todo ello pone a prueba nuestra fe en la bondad y la soberanía de Dios, Pero también la bonanza, la paz y la tranquilidad pueden convertirse en una tentación peligrosa, no porque nos induzcan a dudar, sino a olvidar a Dios. Sería una victoria del tentador si llegase a instalarnos en un estado en el que no necesitemos velar o combatir contra la tentación.

Con la expresión «no nos metas en tentación» estamos mostrando que podemos tener confianza. Dios está al timón de nuestras vidas y «no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que la podáis soportarla».

No cedas hoy a la tentación. Jesús te ayudará.



domingo, 28 de junio de 2015

Esta escrito Jesucristo viene por ti y por mi.


El viene a poner fin a todos los 
problemas y a exterminar el mal.

Jesús dice: 
¡HE AQUÍ, YO VENGO PRONTO! Felices los hombres y mujeres que guarda en su corazón esta mi promesa. CUANDO VENGA EN LAS NUBES EL CIELO SERA ESTREMECIDO Y LA TIERRA ESTARÁ TEMBLANDO TODOS USTEDES ME VERÁN VENIR EN GRAN GLORIA Y PODER A SALVARLOS. Bienaventurado el que guarda estas palabras. VENGO pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Ciertamente VENGO en breve. Amén



jueves, 25 de junio de 2015

Bendito sea Dios y Creador del Universo

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias 
y Dios de toda consolación” 
(2 Corintios 1:3).




Trabajad las Ciudades desde Afuera


Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré. 2 Corintios 6:17.

Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas.—EE, 61.
En la medida de lo posible, nuestras instituciones debieran estar ubicadas fuera de las ciudades. Debemos tener obreros para estas instituciones, y si están ubicadas en la ciudad, eso significará que las familias de nuestra gente deberán instalarse cerca de ellas… El Señor desea que su pueblo se traslade al campo, para que puedan establecerse en la tierra, puedan cultivar sus propias frutas y hortalizas, y donde sus hijos puedan ser criados en contacto directo con las obras de Dios manifestadas por medio de la naturaleza. Llevad a vuestras familias lejos de las ciudades; ese es mi mensaje.—Country Living, 29, 30.

La verdad debe ser dicha, ya sea que los hombres quieran escucharla o pasarla por alto. Las ciudades están llenas de tentaciones. Debiéramos planificar nuestra obra de tal manera que mantengamos a nuestros jóvenes tan lejos como sea posible de esta contaminación.
Las ciudades deben ser trabajadas desde puntos ubicados fuera de ellas. Dijo el mensajero de Dios: “¿No hay que amonestar las ciudades? Sí, pero no con el pueblo de Dios viviendo en ellas, sino por medio de sus visitas, para advertir a sus habitantes de lo que está por sobrevenir a la tierra”.—EE, 61.
Cuando la iniquidad abunda en una nación, siempre se ha de escuchar una voz de amonestación e instrucción, tal como la de Lot, que fue oída en Sodoma. Pero Lot podría haber evitado muchos males a su familia, si no hubiera instalado su hogar en esa ciudad malvada y corrompida. Todo lo que Lot y su familia hicieron en Sodoma podría haber sido hecho aun cuando hubieran vivido a cierta distancia de la ciudad. Enoc caminó con Dios, y sin embargo no vivió en medio de una ciudad contaminada con toda clase de violencia y maldad, como Lot en Sodoma.—EE, 61, 62.
[Enoc] no moraba con los impíos… Se ubicó junto con su familia donde la atmósfera fuera lo más pura posible. De ese lugar, a veces iba a los habitantes del mundo con su mensaje recibido de Dios… Después de proclamar su mensaje, siempre llevaba de vuelta consigo hasta su lugar de retiro a los que habían recibido la amonestación.—Comentario Bíblico Adventista 1:1101, 1102.

Devocional Vespertino


lunes, 4 de mayo de 2015

ACEPTA LA DISCIPLINA

No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección. Prov. 3:11. 
Todos los días, en cada esquina, la vida nos depara sorpresas. Unas agradables, otras tristes. Damos la bienvenida a las primeras. Rechazamos las segundas. Al fin de cuentas, el ser humano no fue creado para sufrir. Huye de todo lo que le provoca dolor.
El dolor es un elemento extraño en el universo perfecto de Dios. La muerte, la tristeza ti° las lágrimas no existían cuando el mundo salió de las manos del Creador. Los espinos y los sufrimientos aparecieron en el escenario edénico como consecuencia del pecado.
Hoy, el dolor y el sufrimiento son realidades de la vida. Llegan en forma de adversidades, conflictos, problemas v una variedad sin fin de experiencias traumáticas. ;Qué hacer con ellas' ;Qué hace Dios para librar a sus hijos?
Erradicar el dolor en un instante no es posible. El pecado, como cualquier enfermedad, tiene un proceso de duración, a veces Largo e insoportable, pero necesita tiempo para madurar v llegar al fin.
Lo que Dios hace es redireccionar el sufrimiento. Cuando el dolor llega, viene con el propósito de destruir. Ese es el blanco del enemigo. Lo que más le complace es hacer sufrir a la criatura e incitarla así a pensar que Dios es el causante del dolor y el sufrimiento.
Pero Dios roma el sufrimiento v le da un nuevo rumbo. Lo usa como instrumento de educación, formación, restauración y corrección. El sufrimiento cambia de propósito y de nombre. No se llama más dolor, sino, disciplina. El dolor destruye y mata. El dolor mata, la disciplina trae vida. El dolor adormece, la disciplina despierta.
Por tanto, no rechaces la disciplina. Acéptala, adminístrala. Déjate educar, pulir y cincelar. Tú y yo somos como piedras preciosas en bruto. Existe dentro de nosotros un diamante escondido que solo las adversidades de la vida serán capaces de hacer aparecer.
Mañana será otro día. Las nubes de hoy ya habrán pasado. El sol brillará de nuevo y con él, tú también brillarás. Cree en eso, y hoy: "No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección".

 Alejandro Bullón



¿Qué haces aquí, Elías?

“Allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Llegó a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ‘¿Qué haces aquí, Elías? ’” (1 Reyes 19:9).

Horas después del sacrificio del Carmelo, la lluvia todavía no había llegado.

Elías oró seis veces a Dios y seis veces su criado volvió diciendo que no había señales de lluvia. El profeta empezaba a inquietarse. Quien había denunciado duramente la apostasía del pueblo, estaba ahora suplicando por agua, la renovación en Israel de las bendiciones temporales de la vida. La séptima vez, los nubarrones de la tormenta llegaron y ¡de qué manera! De inmediato, el siervo de Dios advirtió al rey que descendiese a Jezreel, pero era ya de noche, la oscuridad y la lluvia torrencial no dejaban ver el camino, así que Elías avanzó delante del carro de aquel rey impío señalándole la ruta como un humilde criado.

Cuando la reina Jezabel se enteró de lo sucedido en el Carmelo, la muerte de los cuatrocientos profetas de Baal la llenó de ira y amenazó de muerte a Elías (1 Rey. 19:2). Esa misma noche, un mensajero despertó al profeta y le transmitió las palabras de Jezabel y, de manera incomprensible, el poderoso paladín de la verdad del cielo se llenó de temor y entró en una terrible depresión. “Pero el que había sido bendecido con tantas evidencias del cuidado amante de Dios, no estaba exento de las debilidades humanas, y en esa hora sombría le abandonaron su fe y su valor” (Profetas y reyes, p. 117). Y es que, en las batallas de la fe, no basta con obtener la victoria una vez por todas; nuevos conflictos volverán a poner a prueba nuestra confianza en Dios. En la experiencia religiosa, nadie puede pretender “vivir de las rentas”.

En Horeb, donde Moisés había visto la espalda de Jehová, se volvió a revelar el Señor a Elías, pero no en el huracán, ni el terremoto, ni en el fuego, sino en un silbo apacible y delicado. Y de pie, en la boca de la cueva, cubierto su rostro, escuchó dos veces la inquisitiva pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?” Su misión no había terminado. Su desánimo y su frustración le estaban apartando de la gran reforma religiosa que le quedaba por hacer. Asimismo, a todo hijo de Dios cuya voz el enemigo de las almas ha logrado silenciar con el abatimiento, se le dirige la misma pregunta, y solo con fe abnegada, aferrados a Jesús y al amor de Dios podrán responder de la mejor manera.

¿Te sientes triste? No te abandones a la desesperanza. Tu misión no ha terminado. Disponte hoy a escuchar la voz del Señor.


El Dios de lo imposible

Entonces dijo Sara: “Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Génesis 21:6

Una tenue brisa sacude la lona que cumple la función de puerta de la tienda, y Sara se fija en los tres huéspedes que están afuera, hablando con su esposo, Abraham “¿Quiénes serán?”, se pregunta, sarcástica, tras haber escuchado al portavoz de los forasteros anunciarle un hijo… ¡a Abraham! ¡A ella!

Sigilosa, Sara vuelve a descorrer la lona detrás de la que se esconde, y se fija ahora en Abraham, en su cabello cano y en las arrugas que marcan su cuerpo; en el bastón donde se apoya mientras habla, fiel compañero de su lento andar que ya, más que un soporte, parece formar parte a su fisonomía como si fuese uno más de sus huesos. Vuelve a reír para sus adentros.

Ella misma es una muestra viviente de los estragos de la ancianidad. Las venas azules en los párpados, y el cuerpo pequeño, débil y con formas que le recuerdan que ya no es la misma mujer de antes, y que la piel arrugada y la senilidad contrastan mordazmente con las pasiones carnales de una lejana juventud.

Sara ha pasado toda su vida disimulando la desdicha de su infertilidad. Vio que Dios demoraba su promesa y que el tiempo se le acababa; abandonando su fe, decidió tomar las riendas de su vida a su antojo. Igualmente, cada mujer tiene dentro de sí a una Sara. Cuán difícil se nos hace a veces confiar en lo que Dios nos promete. Pero la vida de Sara debería enseñarnos que las promesas de Dios sí se cumplen.

Dios tiene para nuestras vidas un propósito que ha de cumplirse. Ese propósito divino no se sujeta a ley humana alguna. Va más allá de lo inaudito y, al final, siempre nos conduce, así como a Sara, a reír de gozo junto al Padre, quien se deleita viendo a sus hijos reír. Recuerda: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

— Olga Valdivia.

martes, 14 de abril de 2015

Identificaciones que transforman

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios. Éxodo 20:4-6.

Fíjate que el término “ídolo” es una palabra que proviene del ámbito religioso y que, sin embargo, en nuestros días, especialmente en la juventud, se aplica a muchos personajes famosos de distintos ámbitos de la cultura que provocan una admiración suprema en sus fans, o seguidores. Es que, conscientemente o no, quienes lo usan han establecido una analogía entre lo que sucede en el fenómeno religioso y lo que experimentan los admiradores de estos personajes de la cultura.

Nuestra personalidad, nos dice la psicología, se forma en gran medida por identificaciones. Cuanto más elevado y noble sea el objeto de tu identificación, en la misma proporción tu carácter y tu personalidad se elevarán y ennoblecerán. Cuanto más bajo, degradado y rastrero sea aquello que admiras y con lo cual te identificas, en la misma proporción te irás degradando como persona.

Por ese motivo, Dios pidió expresamente a su pueblo Israel, y a nosotros, que no nos inclinemos ante ninguna imagen material creada por la mano del hombre para representarlo a él o para representar a otras divinidades ficticias (politeísmo), porque él sabía que el efecto sería la degradación espiritual y moral. Lamentablemente, el cristianismo mayoritario se ha apartado de esta clara indicación divina, y millones de personas se postran con veneración delante de imágenes creadas por la imaginación humana, que representan a seres humanos, llamados “santos”, que han sido tan débiles y mortales como ellos.

Pero, más allá de esta veneración concreta a un ídolo esculpido materialmente, ¿ante qué ídolos te inclinas tú? ¿Qué es aquello que pones delante de Dios como si fuese más digno de tu admiración, gratificación, devoción, seguimiento, lealtad e imitación? Al compararlo con el Dios verdadero, con la grandeza de su carácter, su poder y su amor, verás que todo otro objeto o persona se hunde en la insignificancia. Solo él puede elevarte, ennoblecerte, y satisfacer los anhelos y aspiraciones más profundos de tu corazón. ¡Pruébalo!


EL TESORO ESCONDIDO




Habla solamente lo bueno

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Éxodo 20:16.

Has notado que gran parte de lo que hacemos, en nuestras relaciones personales, si no la mayor parte, es hablar? El don del habla tiene un poder extraordinario. Un par de palabras de estímulo pueden levantar el ánimo e inspirar nuevas fuerzas y esperanza a una persona angustiada, deprimida o amargada. De igual modo, tan solo una palabra de crítica, censura o agresión puede hundir a nuestro prójimo en el dolor, la tristeza o la angustia.

El mandamiento en el que estamos reflexionando hoy procura proteger a los seres humanos del flagelo de la calumnia. Nos dice, en primer lugar, que no debemos hablar “contra” nuestro prójimo. Es decir, lo que digamos, cada palabra de nuestra boca, debe ser “a favor” de nuestro hermano, para ayudarlo, estimularlo, sanarlo y bendecirlo, y no “contra” él, para dañarlo, herirlo o minimizarlo, aun cuando lo que digamos pueda tener algún contenido de verdad.

En segundo lugar, nos pide que nuestras palabras, en relación con nuestro hermano, sean siempre veraces. Ya es bastante malo hablar “contra” nuestro semejante; pero, si además, lo que decimos es una mentira, una calumnia, el daño es muy profundo.

Nuestro propósito, como hijos de Dios, que hemos conocido el amor misericordioso, comprensivo, perdonador y sanador de Jesús, es hacer todo lo posible por ayudar, fortalecer, edificar y salvar a quienes nos rodean, y nunca hacer algo que los hiera o perjudique.

Por otro lado, el mandamiento, en forma indirecta, apela a que seamos veraces, a que siempre digamos la verdad. Quien siente que, para conducirse en la vida, tiene que recurrir a la mentira, a la distorsión o a la exageración muestra debilidad: no tiene limpia la conciencia, y debe esconder sus faltas; o no tiene la suficiente fortaleza y valentía moral para defender sus convicciones o hacerse cargo de sus actos y decisiones; o cree que debe agrandar demasiado los hechos para que le crean. En cambio, la persona veraz es dueña de sí misma, no tiene vergüenza de ser lo que es, de expresar sus pensamientos, y está convencida de la realidad y veracidad de lo que dice, y está dispuesta a hacerse responsable de sus actos, porque su conciencia es íntegra.


EL TESORO ESCONDIDO



viernes, 27 de febrero de 2015

A su tiempo

Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo. Proverbios 24:32.

El éxito no aparece de un día para otro. En la vida todo conlleva tiempo y esfuerzo; y si del jardín se trata, la paciencia es la mayor virtud del jardinero.

Terminaba la estación invernal y mi jardín parecía un solar abandonado. Apenas era una triste maraña de arbustos carente de flores y rosales poblados de hojas secas del verano. Tuve la sensación de que mi jardín nunca más iba a reponerse. Allí habitaba el olvido. De seguro el mundo vegetal había olvidado que era hora de reanudar su curso. Solo yo sentí la impaciencia.

Me disponía a regresar a la casa con este pensamiento cuando sentí que alguien tiraba de mi cabello. Alguien en mi jardín requería mi inmediata atención, y se negaba a soltarme. Al voltear la cabeza, noté que era un rosal, cuyas ramas desnudas y espinosas se habían enredado en mi cabello. Tuve la sensación de que la rosa me obligaba a escucharla; me decía: “Mírame, y aprende de la naturaleza”. Era una de mis rosas favoritas. Nada había en aquel rosal en ese momento que invitase la admiración. No había una sola flor, un solo pimpollo, un solo pétalo que lo hermoseara. Y sin embargo, todo en él hablaba de una belleza futura.

De repente, la imagen de aquel rosal, adornado con sus rosas de verano, apareció en mi mente. Recordé su belleza, su delicada fragancia, la suavidad de sus pétalos, sus colores exquisitos… y me encontré en falta delante de aquel rosal despojado, que tan bien sabía esperar su tiempo.

Salomón nos deja claro que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Ecl. 3:1). Es normal que a veces nos desanimemos. Es normal que a veces pensemos que Dios demora en regresar a esta tierra o en contestar una oración, o que nuestros problemas no se van a solucionar nunca. Pero debemos recobrar el ánimo. Las promesas de Dios no fallan. Todo tiene su propio tiempo debajo del cielo. Y cuando de la eternidad se trata, Dios tiene su propio tiempo.

Dios cumplirá sus promesas bajo cualquier circunstancia. Nuestra esperanza es “la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos” (Tito 1:2).

-Olga Valdivia.



martes, 17 de febrero de 2015

DIFERENTES MANERAS

Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave. Prov. 1:17.
El proverbio de hoy nos enseña que hay muchas maneras de relacionar nos con las personas. Esta es una lección básica para hacer la vida más eficaz. Muchos sufren porque no aprendieron que un individuo no es igual al otro, y que la relación es más enriquecedora cuando las personas son aceptadas tal como son. El versículo de hoy dice que hay aves que pueden ser cazadas con una red. Pero que no todas las aves serán cazadas de la misma manera. Cada caso es un caso. Cada circunstancia es una circunstancia.
¿Tienes varios hijos? Entonces ya te has dado cuenta que cada uno es diferente, y que necesitas aproximarte a ellos de maneras diferentes. Erramos cuando uniformamos el tipo de educación. Encarar todos los problemas del mismo modo, tratar a todas las personas de la misma manera, no es sabio.
El mundo es un jardín variado y coloreado con personalidades y temperamentos diferentes. Tú ves eso en el hogar, en el trabajo, en el colegio, en la calle, en la iglesia. La firmeza funciona bien en unos, pero no es necesaria en otros. La advertencia es indispensable para unos, e innecesaria para otros. Salomón había aprendido que la red puede ser extendida para algunos tipos de aves, pero que no sirve para cazar todas. Esta multiforme manera de relacionarse con las personas, no significa transigir ni discutir los principios que son trascendentales y eternos.
Hoy vale la pena evaluar la manera como estoy tratando a las personas y encarando las circunstancias de la vida. ¿No sería mi vida más productiva y feliz si cambiara la manera de relacionarme con las personas, considerando la variedad de temperamentos, culturas y personalidades?
Nunca es tarde para cambiar, ni para comenzar todo de nuevo. Nunca es tarde para reconocer el error, ni para pedir perdón. Siempre hay tiempo para aprender a vivir de modo más simple, más humano, menos rígido y menos complicado.
Por eso, hoy, antes de comenzar a relacionarte con las personas, circunstancias y cosas, recuerda el viejo proverbio de Salomón: "Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave".

 Alejandro Bullón


UNA VICTORIA INTEGRAL

Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado;
he confiado asimismo en Jehová sin titubear. Sal. 26:1.
Sabes lo que el joven rico y el hermano del hijo pródigo tienen en ¿común? La certeza de que sus obras eran suficientes para agradar al padre. Ambos dependían de sus acciones. Ambos representan a muchos hijos sinceros de Dios que luchan por vivir una vida irreprensible, como medio de salvación y no como fruto de la misma. El texto de hoy parece respaldar ese tipo de comportamiento, en la aparente soberbia de David al decir: "Porque yo en mi integridad he andado". David era un pobre pecador arrepentido, que se apoderó de la justicia divina al punto de decir: "mi integridad".
Al mirar este texto viene a mi mente la imagen de muchas personas que dicen: "Nunca voy a poder ser un buen cristiano. No puedo vencer mis hábitos ni mis vicios. Nunca voy a conseguir andar en integridad". Tal vez tú estás viviendo esa realidad. Luchas diariamente para vencer y sientes que no consigues avanzar. Fue lo que le oí decir a Iván mientras arreglaba mi reloj:  "No me gusta ser así, lucho para vencer, pero no lo consigo".
La expresión "integridad" en hebreo quiere decir, literalmente, "corazón enteramente dedicado". El secreto no es vivir una vida correcta como medio o argumento para recibir lo que Dios prometió, aunque es claro que debemos vivir una vida correcta. La clave es el corazón enteramente dedicado a Dios y confiar en él sin vacilar. Es la confianza en Dios lo que hace que el débil sea fuerte, lo que levanta al caído, y lo que restaura al herido.
El texto de hoy es una súplica por justicia. David estaba siendo acusado de traición a Saúl, y éste trataba de matado. La única arma de David era la justicia de Dios, y esa es también la única arma para vencer el mal que destruye nuestro mundo interior. La justicia de Dios es amor, porque Dios es amor. La justicia de Dios levanta al ser humano y restaura en él la imagen perdida de Dios. La justicia de Dios hace por el hombre lo que él no puede hacer por sí mismo. No olvides eso, en las horas en que te asalta el temor de estar completamente perdido.
Al comenzar tus actividades hoy, no cargues más con el peso de la culpa. Deja de sentir la sensación de luchar y no conseguir victoria. Apodérate de la justicia de Dios. Clama: "Júzgame, oh Jehová, porque yo en integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová sin titubear".
Alejandro Bullón

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