jueves, 20 de febrero de 2014
Hermosas Citas Bíblicas para Meditar
“Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel”. Salmo 22:3.
“Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. Salmo 86:17.
“No seas sabio en tu opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos Proverbios 3:7.
“¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!” Salmo 31:19.
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Marcos 11:24.
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás” Eclesiastés 11:1.
“Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. Efesios 4:15
Días peligrosos, señal del fin
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos”. 2 Timoteo 3:1.
El 17 de noviembre de 2010 participamos con los niños de nuestro distrito en el programa de dones y talentos de la ciudad de Quito. Cuando todo finalizó decidimos quedarnos en la casa de mi cuñada. Después de saludar, mi esposo fue a guardar el auto pero, para su sorpresa, ya no estaba donde lo habíamos dejado.
Buscamos… pero nada. Preguntamos, pero nadie nos dio información.
Mi cuñada estaba preocupada pues pensó que el trabajo de muchos años había desaparecido en un instante. Fue una prueba más de que los “últimos tiempos serán peligrosos”, como dice la Biblia.
Traté de animarla diciéndole que Dios sabe por qué suceden las cosas, y debíamos confiar en él. Ella misma pudo comprobar cómo poco tiempo después Dios nos dio otro auto aún mejor.
Satanás obra mediante sus súbditos de muchas maneras para desanimarnos y hacernos creer que estamos solas; pero Dios siempre cuida de nosotras, aun de maneras que no nos imaginamos. Muchas veces Dios permite las pruebas para que comprobemos cuán aferradas estamos a las cosas materiales (o no).
Con Cristo somos más que vencedoras y con él tenemos asegurada la victoria. En el tiempo del fin, a medida que esté más cerca el regreso de Jesús, aumentarán los peligros. La inseguridad social en las grandes ciudades crecerá velozmente. Los robos se multiplicarán. Las noticias televisivas y radiales trasmitirán desgracias naturales y delitos a granel. Los asaltos y robos no solo afectarán a los automóviles, sino a bancos, casas y negocios.
Se verán grandes fraudes y crímenes horrendos. La moral irá decayendo y la maldad aumentará. Se percibirá la pérdida de valores y el amor de muchos se enfriará. Por eso debemos estar preparadas como si fuéramos a morir hoy.
Anímate a buscar a Dios todos los días, en las primeras horas de cada mañana. Eso te fortalecerá y aumentará tu confianza en el Señor. No sabes qué puede sucederte al salir de tu casa. Ponerte en las manos del Señor hará la diferencia. Dile que confías en él y que, a pesar de todas las pruebas de esta vida, “todo lo puedes en Cristo que te fortalece” (Fil. 4:13).
Diana Galeas de Rosales, Ecuador
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014
DE MUJER A MUJER
Sehón
Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo: Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio. Números 21:21, 22 (RVR).
No, no estás leyendo la historia de Edom de hace unos días. Es otra historia; cercana en el tiempo, pero diferente.
En el capítulo 20 de Números aparece la historia del rey Edom, que recibe el pedido de Moisés de pasar con el pueblo por su territorio y le dice que no. El pueblo de Dios no pasa por su territorio y tiene que transitar otro camino para intentar acercarse a su destino.
Un capítulo más adelante, en el mismo libro, el mismo pueblo, con el mismo líder y el mismo pedido, elevado a otro rey. Este es el rey Sehón, de los amorreos; pero responde exactamente igual que el otro. Quizás envalentonado por lo que había sucedido con su vecino Edom.
Tenía el dato histórico reciente de un rey que dijo “No”, y el pueblo de Israel había retrocedido. ¿Por qué iba a ser diferente con él?
Números 21:24 dice que Israel tomó posesión de esa tierra a filo de espada.
Es extraño, pero el mismo Dios que un capítulo antes no hace nada, no dice nada y queda “ajeno” a la situación de su pueblo, un par de kilómetros más allá, entrega a un pueblo en la mano de Israel. El mismo Dios que no actúa en un momento de tu vida, coloca su mano clara y definidamente en otro, que hasta puede ser parecido. Son esas decisiones extrañas de Dios que debemos aceptar por fe. Puede no ser fácil, pero siempre será lo mejor.
Nosotros queremos que Dios siempre actúe de la manera que nosotros queremos. Si él destruye una vez a los enemigos de su pueblo, que los destruya siempre. Si él hizo tal milagro una vez, que lo haga siempre. Desde nuestra finitud, nos gustaría que la inmutabilidad de Dios se mostrara en ese tipo de actos.
Solo que en los tiempos de Cielo, las personas y los pueblos tienen momentos diferentes; pueden hasta ser paralelos, pero continúan siendo diferentes. Lo que es “ya” para unos, en la providencia divina es “en un rato” para otros. Podemos no entenderlo, pero lo mejor es aceptarlo.
365 vidas
Por: Milton Bentancor
martes, 18 de febrero de 2014
Demasiado tarde
“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Romanos 10:14.
Después de un almuerzo que disfrutamos mucho, donde pudimos conocernos con mi padre un poco más, abrazarnos y perdonarnos, seguimos en contacto por un tiempo. Por causa de nuestros traslados perdimos ese contacto. El número de teléfono que tenía dejó de funcionar. En varias oportunidades traté de ubicarlo, pero no tuve éxito.
En un encuentro de jóvenes adventistas, conocí a una joven de la misma localidad en la que vivía mi padre. Ella me contó que su esposa había fallecido y él andaba por las calles embriagado, sin rumbo. Me sentí impotente.
No sabía qué hacer. Ni siquiera sabía con exactitud su dirección postal. Entonces, se me ocurrió enviarle un libro con esa joven. Allí puse mi número de teléfono y mi dirección para que se comunicara conmigo.
Nunca tuve respuesta. Todos los días oraba por mi papá. Sentía la necesidad de verlo, hablarle de Cristo y contarle que tenemos una gloriosa esperanza si nos entregamos a él… pero estaba a casi 2.000 km de distancia.
Pasaron dos años y recibimos un llamado para trabajar en la Misión del Sur de Argentina. Lo primero que pensé fue en mi padre. Se me llenaba el corazón de gozo. Estaba agradecida a Dios por guiar así mis pasos.
Pero en la vida del cristiano siempre hay situaciones que no podemos explicar ni entender. En uno de sus viajes, mi esposo pasó por la casa de mi padre, y allí se enteró de que había fallecido cinco meses atrás.
Me sentí mal por haber llegado tarde. No pude hablar de Cristo con mi padre ni acercarle el mensaje de esperanza. No pude verlo entregarse a los pies de Jesús. Le reclamé al Señor por no haberme dado esa oportunidad.
Lloré mucho. Nunca tuve un padre, y cuando creí tenerlo, lo volví a perder. Me di cuenta de que el tiempo que nos había separado era valioso para alguien que, como él, estaba confundido en la vida. Entonces decidí no dejar de hablar de Cristo en cada oportunidad que tuviera.
No desperdiciemos la oportunidad. Testifiquemos antes de que sea demasiado tarde. Hoy, como antiguamente, las personas claman: “No tardes en venir a nosotros” (Hech. 9:38).
Nivia Altamirano de Barreiro, Argentina
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014
DE MUJER A MUJER
Un Corazon Presto
La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
Salmo 119:130.
La Palabra de Dios presenta el medio más poderoso de educación, así como la fuente más valiosa de conocimiento dentro del alcance del hombre. El entendimiento se adapta a las dimensiones de los temas con los que debe tratar.
Nuestro Salvador no ignora a los instruidos ni desprecia la educación. Sin embargo, eligió a pescadores incultos para la obra evangélica, porque no habían sido educados en las costumbres falsas y en las tradiciones del mundo. Eran hombres de habilidad natural y poseían un espíritu humilde, susceptible de ser educado; eran hombres a quienes podía educar para su gran obra…
viernes, 14 de febrero de 2014
De obligada a voluntaria
“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. Salmo 126:6.
Se acercaba la campaña “Caleb” (proyecto evangelizador de quince días). En toda la misión había mucha expectativa por este evento. Casi mil jóvenes se inscribieron para participar.
Acordamos que nuestras hijas participarían este año, Carito y Rocío aceptaron el desafío. Beatriz no estaba convencida y le preguntó a mi esposo si la campaña es obligatoria o voluntaria, a lo que él respondió: “Es voluntaria, pero para ti es obligatoria”.
No muy convencidas alistaron sus cosas y salieron hacia el lugar donde estaban concentrados los jóvenes. Yo estaba preocupada porque el grupo que habían formado se disolvió y solo quedaban ellas. Al llegar al lugar de concentración, me pregunté si algún grupo aceptaría a mis hijas. Gracias a Dios lo encontré: un hermoso grupo liderado por Nora y Marisol, dos hermanas muy misioneras.
Las chicas fueron “andando y llorando”. Cuando llegaron al lugar, las incomodidades y el clima las hacían flaquear y quisieron regresar. Levantarse a las 4:00 para hacer su devoción personal, asearse, preparar sus alimentos e ir a buscar a las personas para darles estudios bíblicos, las agotaba. Por la tarde debían atender un promedio de cincuenta niños, y por la noche al grupo de adultos, ansioso por escuchar la palabra de Dios.
Después, reunidos en su lugar de descanso evaluaban el trabajo del día y oraban por la campaña.
Poco a poco el trabajo les hizo olvidar las incomodidades y se involucraron por completo, especialmente la segunda semana, al ver el cariño de la comunidad y el respeto de las autoridades locales.
Beatriz dijo: “Y pensar que no quería venir… ¡Todo lo que me hubiera perdido!”. El grupo “volvió con regocijo trayendo sus gavillas”. Mis hijas pudieron ver el fruto de su trabajo: catorce personas entregaron su vida a Jesús, y muchas más escucharon de su amor.
El grupo quedó muy unido. Llegaron a quererse como verdaderos hermanos, se ayudaron mutuamente, lloraron y gozaron juntos las bendiciones.
Nada hay que dé más felicidad que compartir el amor de Dios y la bendita esperanza de su regreso.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014
DE MUJER A MUJER
Confía en Jehova
Hoy quiero juntar mis manos y decirte:
Gracias por todo lo que me das,
lo que me quitas y lo que pondrás en mi vida,
por la esperanza que en ti conocí,
Gracias Señor!
Gracias por todo lo que me das,
lo que me quitas y lo que pondrás en mi vida,
por la esperanza que en ti conocí,
Gracias Señor!
Yo estoy contigo
Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra.
No temas, porque yo estoy contigo.
Isaías 43:4-5
No temas, porque yo estoy contigo.
Isaías 43:4-5
Una Nueva Historia
Deja que Dios escriba una nueva historia en tu vida,
donde tu pasado quedara enterrado en lo profundo de la mar;
y tu presente sera una nueva Esperanza fundamentada
en Cristo Jesús.
Lo que los hijos necesitan
Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. Éxodo 20:12
La mayoría de las madres hacen que sus vidas giren en torno a sus hijos. Por otro lado, estos se vuelven cada día más exigentes, mientras que los padres se muestran en extremo complacientes. Para muchas madres, los deseos de sus hijos son también sus deseos y hacen incluso lo imposible por complacerlos.
Muchas veces ni siquiera se ponen a pensar si con su proceder benefician, o más bien perjudican, a sus hijos. Es bueno, por supuesto, que procuremos brindarles lo mejor para que tengan una vida digna y para que en el futuro no vivan con resentimientos ni rencores. Pero, por otro lado, debemos considerar que también es bueno que aprendan que muchas de las cosas deseadas en la vida se consiguen mediante el esfuerzo y el trabajo.
En este mundo tan libertino, nuestros hijos necesitan normas. Las mismas actúan como salvavidas, son como un cerco de protección para proteger su integridad física y emocional. Las reglas son las que hacen enderezar el arbolito cuando este comienza a crecer torcido.
Madre que ahora lees estas palabras, no tengamos temor a establecer normas en casa, así como las que deberán observarse fuera de ella. Únicamente que, al hacerlo, debemos solicitar sabiduría de Dios para no transformarnos en personas inflexibles, intolerantes y rígidas que más bien entorpezcan el desarrollo del carácter de sus hijos.
Para que las normas cumplan con su objetivo debemos tomar en cuenta algunas pautas:
• Todos los miembros de la familia deben participar en la formulación de las normas. De ese modo se verán comprometidos a cumplirlas.
• Dichas normas deben tomar en cuenta las necesidades de todos los miembros de la familia. Una norma jamás es más importante que una persona.
• Las normas deben ser claras y pocas. Son aplicables a toda la familia, incluyendo en algunos casos a los mismos padres.
• Cuando una norma sea violada, el infractor debe sufrir las consecuencias, que deben ser establecidas con anterioridad.
Amiga, si debes aplicar disciplina, recuerda lo que escribió el apóstol: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (Heb. 12:11).
Parábola del Sembrador
(Marcos 4: 1 - 20)
1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar.
2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:
3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;
4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.
5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra.
6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola.
11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.
13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
14 El sembrador es el que siembra la palabra.
15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar.
2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:
3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;
4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.
5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra.
6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola.
11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.
13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
14 El sembrador es el que siembra la palabra.
15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Alaba a Dios
"Alabad a Dios en su santuario;Alabadle en la magnificencia de su firmamento...
Todo lo que respira alabe a Jehová. Aleluya."
Sal. 150: 1, 6.
El Amor, el Único tesoro que se Multiplica
“El amor es el único tesoro que se
multiplica por la división.
Es el único regalo que aumenta en la
proporción a lo que se le quita.
Es el único negocio que recompensa
el despilfarro.”
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